miércoles, 19 de junio de 2013

Psicología: Cómo relajar la mente

Cómo relajar la mente

En el frenesí de la vida cotidiana es cada vez más difícil encontrar un momento para ti mismo, relajarse y tratar de limpiar tu mente de todas las preocupaciones del día. Si se hace bien, sin embargo, esta es una práctica que aporta un gran beneficio no sólo para la mente y el cuerpo. Si cuidas de ti mismo tendrás mucha más energía para tu uso en la vida cotidiana.

Para saber más:

1.-

Todo esto resulta en unos sencillos pasos que puedes seguir. Necesitas encontrar un lugar tranquilo donde no te molesten durante unos 20 minutos. Por tanto, es necesario encontrar también el tiempo disponible. 
En primer lugar debes sentarte con las piernas cruzadas, coloca las manos sobre las rodillas y respira lentamente. Debes tratar de despejar tu mente tanto como sea posible, lo que equivale a no "volver" a los pensamientos que nos vienen a la cabeza. 
Tenemos que imaginar una pluma caer lentamente, a lo largo que imaginamos esto nuestra mente está más clara. Seguimos respirando lentamente: inhalar durante seis segundos, mantener la respiración durante 6 segundos y exhalar otros 6. Si creemos que podemos aumentar los segundos a 10 por cada parte de la respiración podemos probarlo. 
Proceder en este estado durante unos minutos hasta que te sientas relajado.

2.-

Empezamos con los ojos cerrados, los brazos extendidos y las palmas de las manos hacia arriba. En esta posición, tenemos que empezar a relajar el cuerpo. Se inicia desde los pies hacia arriba hacia las piernas, las rodillas, los muslos, las manos, los brazos, el tronco... gradualmente hasta la cabeza. Cambia de parte sólo si te sientes el perfectamente relajado. Cuando nos relajamos completamente, permanecer en este estado durante unos minutos, respirando lenta y profundamente y visualizando todos los colores que vienen a la mente hasta que, como el anterior, un fuerte color dorado que nos rodee.

3.- 

Cuando estés listo, comienza a mover muy lentamente los dedos de manos y pies, las muñecas y los tobillos. Proceder como para la relajación, para despertar a todo el cuerpo a partir de la más externa a la más interna.




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